lunes, 14 de marzo de 2016

TERESA PINA - ANGELITA ROMERO

PREMIO MUJERES DE JOTA 2016 POR EL CENTRO ARAGONÉS

 Teresa Pina Montañés
 
Angelita Romero Macián


Semblanza biográfica de las primeras maestras de canto en nuestro Centro Aragonés

La sal siempre ha acompañado a la jota, y no es sólo por su salero, que lo tiene y mucho, es la sal del sudor del trabajo en el campo y en el taller, y es la sal de las lágrimas, ora de emoción y alegría, ora de dolor y de rabia. Pero desde los comienzos del siglo XX, la jota se cantará y bailará junto al Mediterráneo, justamente aquí donde nos encontramos; y entonces se sumará una nueva sal, la de sus aguas, la de su brisa.

Es lógico que en el Puerto de Sagunto se cantase siempre la jota, porque aragoneses hubo desde el principio, tanto en la construcción del ferrocarril de Sierra Menera como en la de las instalaciones portuarias para la exportación del mineral de hierro. Y el contingente siguió creciendo con la inauguración de la planta de aglomeración del mineral y, sobre todo, con la puesta en marcha de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo. Consta según testimonios que, antes de la urbanización del Puerto, ya se escuchaba la ronda aragonesa por las alquerías y casas dispersas donde se hospedaban los primeros trabajadores.

El Centro Aragonés se fundó en 1941, aunque sin cuadros, si bien se cuenta que ya existía en esos años cuarenta una rondalla que amenizaba todo tipo de eventos. Uno de sus músicos, Almela, será el primer maestro de la rondalla cuando se funden, en 1951, los cuadros de canto, baile y rondalla. Fue en un acto folclórico realizado en el desaparecido Teatro Victoria y que contó con la colaboración de los cuadros del Centro Aragonés de Valencia.

Hoy vamos a hablar merecidamente de dos personas, que, por orden cronológico, fueron las dos primeras profesoras de los cuadros de canto de este recién desarrollado Centro Aragonés: Teresa Pina Montañés y Angelita Romero Macián.

Teresa Pina Montañés, conocida como Teresa “La Gorretana”, el apodo de su madre, nació en Híjar, en el Bajo Aragón turolense, hija de José y Luisa, agricultores. Era uno de los solares de la jota. Si a eso añadimos que probablemente heredó la gran voz que adornaba a su padre, miembro del coro del convento de los Ángeles de Híjar, no nos sorprenderá que con catorce años Teresa fuese ya alumna de la gran Pascuala Perié, profesora de la Escuela Municipal de Jota de Zaragoza desde su creación en enero de 1940. Teresa progresó rápidamente pues pronto llevó a cabo muchas actuaciones en Híjar y su comarca.

Sin embargo, el destino le deparaba a Teresa un alejamiento de su tierra aragonesa, aunque no de la jota. Todavía muy joven, pasó a residir en la ciudad de Valencia, donde vivían unas tías suyas y donde trabajaría de peluquera. Pero la jota volvería a no tardar mucho. En 1951, Adelino Gómez Latorre, turolense de Caminreal y presidente del Centro Aragonés de Valencia, promovió un concurso de jota cantada con el fin de dotar de profesor de canto a la sociedad que presidía. Pues bien, Teresa Pina fue la ganadora, e inició así su carrera docente en el canto.

Recordemos que ese mismo año se constituirán las escuelas de jota y rondalla del centro Aragonés del Puerto de Sagunto. No es casual, merced a la buena relación entre ambos centros Teresa Pina y Pablo Luis Maza, profesores de los cuadros de Valencia, serán también los primeros profesores de canto y baile, respectivamente, del Puerto de Sagunto, a donde se desplazarán semanalmente a impartir sus clases. Y desde entonces a hoy mismo, a través de sesenta y cinco años y sucesivos profesores, la cadena no se ha interrumpido en el Puerto de Sagunto.

Teresa representó en tierra valenciana la escuela de Pascuala Perié, pero ella misma creará escuela. Alumnos suyos fueron Manuel Lahuerta, Miguel Sánchez, Victorino izquierdo, Pepe López “Romualdo”… y Angelita Romero, que será su sucesora como profesora de canto. Su voz no sólo vive en el recuerdo de quienes la conocieron, afortunadamente está registrada también en los microsurcos de un disco de pizarra de la casa Columbia grabado en 1953, y en el que, junto a la cuerda pulsada de la rondalla del centro aragonés, entona dos jotas clásicas de su maestra “La Perié”, “Al clarear de la luna” y “la magallonera”, una jota con estribillo (“Aprieta bien el cántaro”) y otro estilo con letra del presidente del centro aragonés de Valencia, Adelino Gómez Latorre.

Con el canto y la enseñanza se iban desgranando los años, hasta que a principios de los años sesenta, Teresa contrajo matrimonio con Cipriano Solaz, panadero y socio del centro aragonés, y pasó a dedicarse exclusivamente a la empresa de su marido. Dejado el escenario, sólo cantaría en familia, si bien siempre recordó gozosamente su etapa artística que, según ella manifestó, le hizo muy feliz. Nunca abandonó su relación con Hijar, donde una vez jubilada pasaba los veranos en la casa heredada de sus padres. Enviudó y, finalmente, nos dejó en julio de 1999, siendo enterrada en Híjar.

 Angelita Romero Macián, segunda profesora de canto de este centro aragonés, nació en el Puerto de Sagunto en abril de 1930. Consta que sus progenitores sentían una intensa afición por la jota. No es extraño, Agustín, el padre, era de Gea de Albarracín, y la madre, Ángeles, de Bejís-Torás, en la comarca castellonense del Alto Palancia, una tierra no ajena al folklore aragonés. De una forma natural debieron de encarrilar a sus tres hijos hacia la jota: la hermana pequeña de Angelita, Pilar, se dedicó durante un tiempo a la jota bailada. Y su otro hermano, Agustín, fue un bailador muy destacado, como demuestra el hecho de que ostentara el cargo de primer bailador y de profesor auxiliar de baile de Pablo Luis Maza en los centros aragoneses del Puerto de Sagunto y de Valencia.

 Angelita, a los veinte años, se inició en la jota cantada con la primera profesora de este centro,  Teresa Pina. No obstante, el interés musical de Angelita tuvo un formato más amplio: así, estudió todos los cursos de piano, armonía y solfeo con José Roca, profesor del conservatorio de Valencia. A Angelita le gustaba especialmente cantar, hacer música con su voz. Lo hizo en público en múltiples ocasiones, con agrupaciones corales tanto de este municipio como de la ciudad de Valencia y, además, intervino en diversas convocatorias del muy conocido Festival Internacional de Habaneras de Torrevieja, en Alicante.

En el marco de este centro aragonés, su actuación es básica dado que fue su segunda profesora, con un recorrido desde finales de la década de 1950 hasta el verano de 1967. Alumnos suyos fueron Vicente Rubio y Rosita Chillida, y en su etapa final de profesora, Cristina Blasco y Loli Rubio. Formaba equipo con el tañedor Policarpo Castelló, que era su guitarra en la docencia.

Institucionalmente, en 1965 y coincidiendo con la inauguración de esta sede social tras su ampliación y reforma, Angelita fue Madrina del centro aragonés del Puerto de Sagunto, cargo equivalente al actual de Reina.

Angelita representó en este centro la continuidad de la escuela de Pascuala Perié, que su profesora Teresa Pina, le había transmitido. Y cantó, como testimonia Vicente Rubio, estilos de “la Perié”, como “Es al regreso del campo”o “La magallonera”. También recuerda Vicente escucharle cantar “Que vengas del campo tarde” o “Y la tarde ya pardea”. 

Así hoy, Angelita y su voz van a estar en la mente de todos los presentes, como lo está desde octubre de 1995 en su hermana Pilar, que conserva exquisitamente el piano de su hermana mayor, un piano ahora mudo pero que resonará siempre en el silencio del recuerdo de todos los que la escucharon “hacer música”.

José Mª Prats Escriche

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